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domingo, 25 de marzo de 2012

Para que tantos feriados?

Ayer 24 de Marzo, hice un clásico #365asados en lo de Carlos Abihaggle. Me llamó la atención un mensaje en twitter de mi viejo sobre un vecino de aproximadamente 40 años que se asombró porque no veía gente trabajando en el barrio.


Promediando el almuerzo, fuimos conversando y tratando de entender, nuevamente, que y porque llegamos al golpe del 76 y como lo vivió mi familia, desde adentro y desde afuera.

La costumbre de andar con el blackberry encima y el twitter prendido me pudo y muchos amigos se engancharon con el relato familiar, algunos me pidieron que lo posteara acá. Esto fue más o menos:

Unos días antes del golpe, ya se sabía lo que se venía, se intuía, llegaban noticias y lo hablábamos en los grupos de amigos. Sólo faltaba saber cuando y que es lo que iba a pasar, como iba a ser.

Mi viejo participaba más en lo académico y mi madre era militante barrial. Ella salía por los barrios conmigo encima (yo tenía dos años) porque pensaba que al ir con un niño chico no le podía pasar nada. Claro, no sabía nada de lo que venía y lo que le podría haber pasado. Cuando lo cuenta, no puede no dejar escapar una lágrima de la tensión vivida.

El mayor problema en ese momento era ser NN. Mejor que te chupara un equipo de los milicos y no un comando clandestino. Entonces, el 23 a la noche mientras mi viejo estaba en vigilia esperando, mi madre salió por el barrio a buscar alguien que lo asilara esa noche para evitar caer las primeras horas. Obvio que nadie del barrio se ofrecía, hasta que dió con el Cont. Gómez, compañero de la facultad y vecino que lo bancó esa noche. El 24 a la mañana fueron a buscarlo a mi casa, la revisaron y mi madre les dijo que no sabía donde estaba pero que le dijeran adonde lo tenía que llevar si aparecía. Le dijeron que a la Municipalidad de Guaymallén.

Antes de entregarse, averiguaron si iba a la lista de detenidos oficiales o no, tuvieron ciertas garantías de no ser NN en principio. Se entregó con lo puesto a las 16.00 hs del 24. No sabían nada, no llevaba nada. Cuando llegó, la mandaron a mi madre a buscarle ropa, cepillo de dientes, etc. Esto no pintaba de entrar y salir y ellos no tenían ni idea.

Lo llevaron de la Municipalidad de Guaymallen al Liceo Militar en un rastrojero, con un milico al lado, nada más, sin violencia, sólo. Las calles estaban cortadas, había retenes militares cada tanto. Una vez en el Liceo, lo recibió un oficial cordobés, le dijo que él sólo tenía ordenes de cuidarlos y se junto con los otros detenidos en una cuadra. Habían varios amigos, como el Chango Díaz, gran compañero y uno que tenía la cabeza fresca para pensar. Lo primero que acordaron, era mantenerse bien, bañarse, afeitarse, hacían ejercicios de matemáticas, buscaban la forma de ocupar el día y no abandonarse. También había varios funcionarios, ministros, miembros del PC, gremialistas, periodistas, de todo, como en botica.

Se presento Maresma para prestar asistencia pastoral, les dijo que no importaba porque estaban, él los iba a contener como miembro de la Iglesia. El padre Gimeno, capellán del Liceo, era quien llevaba y traía las cartas clandestinas entre mi viejo y mi vieja.

Todos los días los sacaban a caminar al tontodromo y los familiares los miraban a lo lejos. Cada tanto, los militares que los cuidaban los dejaban acercarse a la reja para saludar y para recibir los cigarrillos y libros de matematica (obvio, que no de política!). Es de los recuerdos que le dibujan una sonrisa a mi viejo. Le avisaba un familiar a guardia de la reja y decía "Abihaggle", el guardia pasaba la noticia y mi viejo salía corriendo a la reja, le pasaban los puchos, y el díalogo era "estas bien?" -"si, vos?" - "sí, chau".  No daba para más. Había un caso de un tipo que tenía dos minas y las dos lo llamaban desde la reja y el tipo no iba para no tener quilombo! Una vuelta, fue y les dijo que se dejaran de molestar, que bastante tenía él con estar allá dentro para que encima se pelearan entre ellas.

Nunca tuvo sentido de normalidad, cada tanto, traían a alguno muy golpeado, PST, gremialista, con la cabeza abierta. Los PC, iban, declaraban y salían libres. Claramente parece que no había nada mejor que ser PC allá dentro. A mi viejo lo interrogaron tres veces dice, siempre encapuchado, de pie, contra la pared y sentía como jugaban con un arma. Dice que no le pegaron, creo que tampoco hacía falta, la tortura psicológica debe ser suficiente. Ahí se enteró que todo giraba en torno a un viaje a Formosa de unos meses anteriores, donde fue a dar charlas de economía y había coincidido con un ataque a un destacamento. Mi vieja tuvo que ir a Formosa a buscar los antecedentes del curso, estadía en el hotel, etc para que les creyeran.

Los detalles sobre los familiares no vienen al caso, pero el que se la juega definitivamente por los dos es el padre Horn, capellán del Ejército, esloveno como mi vieja quien evita que la detengan a ella y la pasen a NN. Zafó de milagro; va, zafó porque había tipos cuerdos dentro de toda la locura.

Al tiempo, lo llevaron a la Cía. de Comunicaciones. Un martes 13 de julio del 76 sale en libertad. Por eso el 13 es de suerte en la flia. El mismo día que sale libre, le avisan a mi vieja que estaba "limpia". El bolso con el que lo va a buscar, estaba lleno de panfletos contra la dictadura, gracias a Dios no los vieron. Ese mismo día cuando llegó a mi casa, yo no lo reconocí, hoy me siento totalmente orgulloso de mi viejo.

Hay muchos que por relaciones no estuvieron ni un día en cana. Miembros de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) incluido un ex gobernador y un actual Ministro de la Corte. Digo, no es que lo merecieran, pero tipos que estaban en la pesada en serio, ni pisaron una comisaría.

Dice mi viejo: "El no es como la secundaria o la universidad que te juntás con tus amigos a contarte las historias. No querés que nadie haga uso. Mejor dejarlo en la intimidad. Lo peor es la incertidumbre. El que hace uso del es porque no lo vivió en serio. Preferirble olvidarlo 364 días al año. Solo uno para recordar."


5 comentarios:

  1. Gracias Carlos y Marcos por compartir este testimonio. Historia y momentos para recordar y reflexionar.

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  2. Recuerdo bien todo. Lo que más recuerdo es ir con la abuela Aurora en trole hasta el Barrio Cano desde donde podiamos verlos a mas de 300 metros salir al patio. La angustia y llanto de mi madre y de la abuela. A mi tia Ani lucharla desde el dolor con los chicos. Fueron meses imborrables. Un abrazo. Los quiero mucho

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  3. Con más o menos detalles, escuché este relato del propio Carlos. Tuve el privilegio de trabajar con él en la UNCUYO. Y es verdad, no era algo que contaba a voces. Sigamos conmemorando el 24/3 por favor. Por los que ya no tienen voz, por nosotr@s, por las generaciones venideras

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  4. Marcos un abrazo fuerte y sostenido...

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  5. Me ha conmovido mucho el relato, no lo conocía tanto en esos detalles, muy bueno, un gran abrazo a Carlos y a Ani

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